Por fin vamos a la deseada Ruta de Los Cátaros. Salimos de Córdoba con puntualidad a las doce de la noche, después de nuestras tres paradas habituales. Teníamos cierta preocupación porque venían anunciando una dana en el noroeste peninsular, cosa que no sucedió por las tierras dónde pasamos.
La noche transcurrió sin incidencias, con nuestras paradas correspondientes y durmiendo cada cual de distinta manera, pero al ser solo 22 personas teníamos sitio suficiente para descansar.
Desayunamos en un área de descanso, aunque suene mal, L`Ampolla del Perellò, en el Bajo Ebro a 159 Km de Barcelona. Emociona pasar por el Delta del Ebro, a pesar que medio autobús iba dormido.
Llegamos al hotel, ubicado en Playa d´Aro hacia las 12,30 del primer día. Tras el reparto de habitaciones, ni que decir tiene que nos fuimos a descansar un rato. Por la tarde salimos a pasear y, para nuestra sorpresa, el sitio era espectacular, con unas calas preciosas y unas ruinas romanas muy bien cuidadas.
Al regresar al hotel había varios grupos de niños con sus profesores y los mayores con tutores de tiempo libre.
El personal del hotel era muy amable, acompañaron a una persona que necesitó ir a una farmacia en su propio coche. Nos fuimos a descansar con mucha ilusión puesta en nuestro trabajo.
Jesús Padilla y Rafi Gómez
Después de un merecido descanso, y cargadas las maletas en bus, un grupo nos deleita con una sesión de estiramientos. Son las 8. Después del desayuno en suelo español partimos para Colliure. La niebla nos augura un precioso día. Alegría en el bus cuando unas gotitas de lluvia nos impulsan a cantar durante el trayecto, uniéndonos más a este grupo de Tribu ilusionado.
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”
A la llegada a Colliure nos dirigimos hacia el cementerio para visitar la tumba de Antonio Machado.
Aunque nos invade la emoción sentimos que este gran poeta universal tenga en un estado lamentable su tumba. Tal vez, conocer la sencilla lápida donde reposa el maestro como un símbolo de todos los exiliados por la guerra nos llevó a las estancias donde se le recuerda en España. Plasmamos el recuerdo con fotografías, cantando el Himno de Andalucía y recitando estos versos de su Retrato en grupo:
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Después de un ligero refrigerio y visita al puerto de Coulliure nos dirigimos a Carcassonne, con Almuerzo en el Bistrot Augustine.
Seguidamente en Porte Narbonnaise nos esperaba Katia, nuestra guía, para comenzar la visita del Castillo y las murallas, Patrimonio Mundial de la Unesco, y la Catedral de San Miguel, de estilo gótico. Un tiempo libre para descansar y conversar sobre lo vivido. Traslado al hotel Originals Pont Rouge, donde nos alojamos y cenamos.
Más tarde, en el hotel, reunión con una tertulia simpática, divertida y atrevida y unas buenas noches desde Carcasonne.
Lourdes, Juan, Mª Pura y Quety
Desayuno, autobús y explicación pormenorizada de nuestra guía sobre el recorrido, visitas y notas geográficas, económicas, etc. Llegados a Minerve, entramos al pueblito por un magnífico puente viaducto. Minerve se encuentra en medio de un paisaje impresionante. Tiene una perfecta ubicación geográfica para su defensa. Sobre una roca en la confluencia de dos ríos, hoy secos.
Este pueblito es conocido por el asedio que sufrieron los cátaros por los guardianes de la verdad verdadera en el S.XIII. Los últimos 180 cátaros, puros, se arrojaron a la hoguera. Prefirieron el suicidio a la misma muerte ordenada por el Sr. Obispo. Amén.
Terminada la visita, almuerzo y bus hacía Caunes-Minervois. Allí visitamos la abadía de S. Pierre y S. Paul. La guía, con alguna dificultad en español, nos explica la antigua abadía benedictina románica cuyos orígenes datan del S. VIII. Esta ciudad es conocida por sus minas de mármol. Testimonio es las figuras marmóreas de su parque.
Siguiendo el método japonés que visitan España en 7 días: Sevilla, Granada, Madrid, Segovia, Salamanca y Barcelona, nosotros seguimos la ruta para desde un mirador contemplar los cuatro castillos-restos de Lastours en pleno centro de la Montaña Negra.
Terminada la visita-visión, autobús y hotel. Hasta la próxima.
Loli Pilar, José Luis, Manuela y José Joaquín.
Abandonamos Carcasonne sobre las nueve de la mañana y nos dirigimos a Revel. La primera impresión fue la Plaza del Mercado, construida en el siglo XIV, rodeada de galerías con arcadas, en las que destaca una bella cubierta, donde se erige un campanario. En la plaza se celebra todos los sábados un mercado considerado como uno de los más originales de Francia. De allí nos dirigimos al Museo de la Madera, tras el visionado de un vídeo didáctico sobre la vida de un árbol.
Luego, tras un recorrido turístico por el pueblo, visitamos la Iglesia de Notre Damme de Revel, un edificio de estilo gótico, en el que destacan unos magníficos y coloridos rosetones, con abundante decoración pictórica. Se comenzó a construir en el siglo XII y estuvo prácticamente terminada a finales del siglo XIII. Después de un recorrido en autobús, llegamos a Castelnaudary, donde nos deleitamos con un cassoulet, especialidad gastronómica de la zona, elaborada con alubias y otros ingredientes tradicionales.
A continuación, iniciamos un recorrido turístico por el pueblo. Entre los lugares visitados, cabe destacar el Monumento a los Caídos de la Segunda Guerra Mundial, El Palacio de Justicia y La Colegiata de Saint – Michel, de estilo románico, iniciada en el siglo XIII. En los siglos posteriores se amplió con nueve capillas laterales y una Aguja Piramidal de estilo gótico, de sesenta metros de altura; también en su interior alberga un Órgano del siglo XVIII.
Tras un recorrido en barco por el Canal du Midi, nos dirigimos en autocar a nuestro alojamiento, en los alrededores de Toulouse. Después de cenar, hicimos un cariñoso homenaje a nuestra compañera Tanti, con motivo de su jubilación, que se iniciaba en ese día. Tanti agradeció, emocionada, esta cariñosa muestra de afecto hacia su persona, así como las palabras que le dedicamos. Posteriormente, nos retiramos a descansar y con ello finalizamos nuestra jornada del día trece.
Andrés Moyano y María Dolores Ansio
Podríamos titular este día como “Patrimonial”, por la cantidad y calidad de casas, calles y monumentos de las “cités” históricas visitadas.
Tras la soberbia conducción de Rafa, nuestro magnifico chófer, por carreteras llenas de curvas estamos a las 11 “encordados” en un trenecito turístico para subir al cielo de un magnifico pueblo medieval, reconocido en 2014 como uno de los más bonitos de Francia. Cordes sur Ciel es un conjunto monumental único. Tras la subida en tren, comenzamos el paseo a pie por la Porte Jean para “flaner”, deambular por calles empedradas bordeadas de casas y palacios de piedra. Todo es patrimonio en estado puro, pudiendo destacar el Jardín real, la plaza del Mercado, la Maison du Pays o la puerta del Reloj. Este pueblo, refugio de los cátaros, llegó a contar en el s. XIII con 5.000 habitantes.
Del pequeño cielo de Cordes a la ciudad de Albi. Primero a comer, justo al lado del gran conjunto episcopal. El restaurante, “QuaiChoiseul”, parece ser muy conocido (¿y reconocido?) por su cassoulet. Tenemos la ocasión de compararlo con el que comimos ayer. La particularidad de éste es que se le ha añadido el pato y la salchicha ya en confit a las habichuelas guisadas, mientras en el de ayer todo se cocía junto. Para gusto colores.
La visita de Albi, interesantísima. La guía, muy preparada, instruida, amena y didáctica. Visitamos el gran complejo episcopal, empezando por la Catedral-fortaleza, alta mole maciza de ladrillos rojos. Toulose la Rose, Albi la Rouge. Las grandes dimensiones del templo, la riqueza de los relieves los 1.800 m² de pinturas, sobre todo en el trascoro, nos dan idea del poder político- militar del Obispado en el s. XIII. Durante las escasas dos horas nos maravillamos con las austeras torres y muros que forman el conjunto y la riqueza ornamental del interior. Terminamos con una vista panorámica de todo el centro histórico desde el mirador del Museo.
La visita al museo de Toulouse Lautrec, muy bien organizada, siguiendo la épocas de su vida artística y con un enfoque muy educativo, nos permite recordar los cuadros y carteles más conocidos de tan particular pintor y de cómo era y es visto por otros. La planta baja está dedicada a las primeras obras, más modernistas y algunas incluso realistas, y la segunda planta recoge su trabajo fundamentalmente de carteles y decorados de su época de Pigalle y el Moulin Rouge, donde se percibe la influencia del surrealismo.
Para terminar el día, como regalo por el buen comportamiento, Rafael nos ofrece una parada de algo más de una hora en Toulouse. Lo justo para dar un paseo por los alrededores del Capitolio y poder apreciar el ambiente de comienzo del fin de semana en la cuarta ciudad de Francia. Por ello se aprecia bastante bullicio en las calles y plazas.
Cumpliendo con nuestra habitual puntualidad a las 21h estamos, como previsto, en el comedor del hotel. A cenar y a dormir porque mañana nos esperan 500 km. de autobús y algunas visitas.
José Antonio Naz , Carmen García, Josefina Ortega y Fuensanta Flores
Toulouse, llamada Ciudad Rosa por sus edificios de ladrillo, pero también es famosa por su color azul, lo podemos ver en puertas y ventanas se debe a una planta cultivada desde el siglo XV. No podemos olvidar su industria aeroespacial que da trabajo a unos veinte mil personas. Comenzamos la visita en la Place du Capitole que está rodeada de algunos de los edificios más bellos de la ciudad. Frente al Ayuntamiento hay unos soportales con pinturas de famosos, entre ellos el miliciano de Espejo.
A continuación nos dirigimos a la Basílica de San Sernín, patrón de la ciudad. Cuenta la leyenda que lo ataron al rabo de un toro y lo arrastraron por todas las calles. Esta basílica se encuentra en el Camino de Santiago y forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Su torre octogonal es otro elemento digno de mencionar. A continuación nos dirigimos a ver el Convento de los Jacobinos. Es una magnífica joya de ladrillo, edificado solo con ese material, su interior se estucó con pinturas para que pareciera piedra. Su altar, que queda en un lateral, deja ver la urna que tiene los restos de Santo Tomás de Aquino. Impresionan sus nervaduras y el palmeral en el que se unen al final.
Aquí la guía nos dijo que los últimos estudios demostraban que, los denominados cátaros, eran de la nobleza, que reflexionaron acerca del comportamiento de la iglesia, cambiando unos comportamientos frívolos por otros austeros, incluso nos desmitificó el relato histórico. Parece que quieren que se llame de otra forma y no Ruta de los Cátaros.
La agencia tuvo que improvisar un restaurante para comer cerca de Narbonne, porque donde íbamos a comer había fallecido el dueño, pero logramos hacerlo a la hora estimada y muy bien.
Llegada a Narbonne. Cuando comenzó nuestra guía a contar la historia de la ciudad, nos interrumpió una manifestación, así que empezamos por la Catedral dedicada a los patrones del pueblo Santos Justo y Pastor. La encontramos muy deteriorada. Su construcción entre los siglos XIII y XIV quedó interrumpida porque los cónsules se negaban a que tiraran la muralla, y no por ser patrimonio, sino por ser una defensa de la ciudad. El claustro es una de las partes más antiguas.
Esta guía nos contó todo lo contrario que la anterior pues era de una asociación a favor de Los Cátaros. A continuación nos acompañó hasta el mercado, pero estaba cerrado, allí cogimos el autobús para Salou.
Charo Lozano, Fernando García, Jesús Padilla y Rafi Gómez
Llegamos a un hotel de Salou, después de Narbonne, para pasar nuestra última noche. Llegando al hotel, la policía nos desvió y tuvimos que dar la vuelta hacia una urbanización donde había dificultad para el paso de nuestro autocar lo que demoró la hora de nuestra llegada, pero, gracias a que teníamos un chófer que es una joya, no tenemos calificativos suficientes para definirlo, llegamos a tiempo a la cena.
Al finalizar esta, subimos a nuestras habitaciones, la mayoría decidió quedarse a descansar; algunos todavía nos quedaron ganas de bajar para ver el flamenco y tomar una copa junto a la piscina.
El desayuno a las 8 y salida a las 9,45. Hay que destacar la puntualidad y disciplina del grupo en el cumplimiento de los horarios establecidos, por lo que se pudieron cumplir todas las visitas programadas.
Continuamos nuestro regreso, tras breve parada en un área de descanso y seguimos hasta Utiel donde teníamos reservado nuestro almuerzo en el restaurante Casa la Abuela. Creo que es donde mejor hemos comido: tres platos de primero y segundo para elegir, vino de dos tipos con gaseosa y las cervezas NO las cobraron, es el primer caso que se nos ha dado. Esto se lo hemos dicho a la agencia como punto positivo.
La Tribu Educa, como es nuestra costumbre, quisimos agradecer a nuestro extraordinario chófer y nuestra guía obsequiándolos con un regalo, además de nuestro pin que Manuela llevaba para la ocasión.
La siguiente parada realizada fue el área de descanso del Puerto de Almuradiel. Allí nos encontramos con otro autobús de Córdoba que venía de la manifestación republicana de Madrid. Al llegar a Córdoba, nos dejaron en las mismas paradas.
Creemos que la agencia ha hecho un buen trabajo, ya que sabéis que con solo 22 personas es muy difícil que salga adelante un viaje de estas características. Lo ha hecho porque somos La Tribu Educa. A lo largo de todo el viaje hemos disfrutado de un tiempo magnífico y, como dice nuestra Quety: Donde va La Tribu sale el sol y así ha sido.
Jesús Padilla y Rafi Gómez
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