Crónicas del viaje a Egipto

18-2-2019. Primer Día en Egipto: Una jornada de grandes impresiones.

Tras el ajetreo del primer día (salida de madrugada desde Córdoba, traslado en bus hasta Madrid y viaje en avión a El Cairo) nos instalamos en el confortable hotel Conrad para recuperar fuerzas y prepararnos para iniciar la visita del país de los faraones.

Comenzamos la jornada con un reconfortante desayuno al borde del Nilo, que nos vigila a través de los grandes ventanales del restaurante de hotel. A partir de este momento, el Gran Río no nos abandonará a lo largo de nuestro periplo por Egipto y nos irá mostrando las maravillas de la civilización que, desde hace más de 5000 años, se desarrolló junto a sus orillas y a la que alimentó con su desbordante caudal de vida.

Tras el desayuno, subida al bus para trasladarnos a la necrópolis de Sakkara, el comienzo de todo. En el trayecto conocemos a Moheb, nuestro guía, que trasunto del río Nilo nos acompañará en nuestro viaje en el tiempo hacia la civilización del antiguo Egipto y nos ayudará, si no a entender sus insondables misterios, sí a admirarla, a disfrutar de sus colosales realizaciones y a provocar en nosotros múltiples interrogantes. Leer más.

Desayuno en El Cairo.

Sakkara. El inicio de todo.

Nuestro recorrido comienza en Sakkara, la primera gran necrópolis de Menphis, capital del Imperio Antiguo. De los tres tipos de enterramientos que utilizaron los egipcios (las mastabas, las pirámides y los hipogeos del Valle de los Reyes) en Sakkara encontramos los dos primeros. Nuestra visita comienza por la mastaba del noble Kagemni (2340 a. c.). Se trata de una construcción en forma de pirámide truncada que está formada por diferentes estancias decoradas con perfectos relieves que representan escenas de la vida cotidiana que incluyen la danza del vientre, la caza, la pesca, el cebado de animales, la presentación de ofrendas, etc. Leer más.

Sakkara. Pirámide escalonada.

Gizeh, la cumbre del Imperio Antiguo.

Finalizada la comida, subimos en autobús hasta la planicie donde se alzan las conocidas pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos. Escuchamos atentamente las recomendaciones y explicaciones de nuestro guía Moheb, sugestivas y turbadoras a la vez. Tras la imprescindible foto del grupo para inmortalizar el emocionante momento y tras sortear el enjambre de vendedores ambulantes y turistas, nos disponemos contemplar asombrados la Gran Pirámide de Keops (2.500 a. C.), la más antigua de las siete maravillas del mundo y la única que aún perdura. Leer más.

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Giseh. La esfinge.

Gizeh. Los cronistas.

Menfis. La decadencia.

Menphis fue fundada hacia el año 3.000 a. C. por el primer faraón de Egipto, Menes. Está estratégicamente situada en la cabecera del delta y sirvió de nexo de unión entre el Alto y Bajo Egipto. Se estima que fue la ciudad más poblada del mundo. Su dios local fue Ptah.

Sufrió dos momentos de importante declive, aunque experimentó también periodos cortos de esporádico resurgimiento bajo el reinado de Ramsés II. El primer periodo de decadencia se origina al final del Imperio Antiguo hacia el 2040 a. C., cuando los faraones trasladan la capital a Tebas. El segundo y definitivo ocaso de la ciudad se produce hacia el 331 a. C. cuando se funda Alejandría. Olvidada por los ptolomeos y los romanos, fue definitivamente abandonada en el 641. Las ruinas de la ciudad, situada a unos 19 km al sur de El Cairo, sirvieron de cantera para construir muchos de los edificios históricos de la actual capital de Egipto. Leer más.

Menphis. Ransés II.

Menphis. Esfinge de alabastro.

MARTES, DÍA 19 DE FEBRERO. LUXOR Y EL VALLE DE LOS REYES

Amanecimos en Luxor, en el barco NILE DOLPHIN, hotel flotante en el que íbamos a hacer el crucero por el Nilo durante los cuatro días siguientes. Nos levantamos muy temprano para desayunar pronto y salir, porque había muchas visitas por hacer. Así que a las seis menos cuarto de la mañana salimos del barco… para meternos en otro, que también atravesamos… para meternos en otro, que también atravesamos… para meternos en otro, que también atravesamos, hasta que por fin alcanzamos tierra firme. Los cuatro barcos estaban fondeados en el muelle muy pegados unos a otros, como si fueran a bailar un tango, y el nuestro era el más alejado de la orilla. Nos esperaban dos motoras pequeñas que debían cruzarnos a la orilla opuesta del Nilo. Era noche cerrada y hacía mucho frío.

Tomamos la carretera hacia el Valle de los Reyes y de camino vimos que en una explanada estaban hinchando globos aerostáticos para hacer una exhibición. En el cielo ya habría alrededor de una decena de globos de colores vivos, y con las primeras luces del amanecer y el fondo amarillento de la montaña desierta, el espectáculo se veía bien bonito. Leer más

De allí nos dirigimos al complejo conocido por Deir el Bahari (cuyo significado es “el monasterio del norte”). Se mimetiza tanto en su color con el de la roca de la montaña, que hay que saber que está allí para distinguirlo de lejos. La parte derecha del complejo, única que sigue en pie, es la ocupada por el Templo Funerario de la Reina Hatshepsut. Consiste en dos extensas terrazas consecutivas que preceden a una tercera sobre la que se yergue el templo propiamente dicho. El acceso a las terrazas se hace a través de inmensas rampas. Al fondo de la primera terraza hay un pórtico de pilares y columnas, todas ellas grabadas con escenas de diversa índole. La segunda terraza está cerrada por un pórtico con doble hilera de pilares, y en la pared se ven escenas de la vida de Hatshepsut. En el ángulo noreste se ubica el pequeño templo de Anubis, bastante bien conservado.

Para llegar al pie de la primera terraza volvimos a subir a otro trenecillo, lo que puede dar idea de las distancias en este templo. Y a la salida de las instalaciones… ¡otra vez paso obligado por el consabido mercadillo! Leer más.

Luego nos dirigimos al templo de Luxor, última visita del día. Construido casi por completo por Amenofis III, fue ultimado por Ramsés II. A la entrada, flanqueando la puerta, nos reciben dos colosos de granito sentados en sus tronos. A sus lados hay cuatro estatuas más pequeñas también de granito. De entrada el gran patio de Ramsés II, con más colosos y obeliscos, que incluye el templete de Tutmosis III. En los lados, sin cobertura, hay una doble hilera de columnas. Al final del patio, está la gran estatua de Ramsés II junto a la reina Nefertari. En las paredes, escenas religiosas. Más adelante, gran columnata de tres naves, probable comienzo de una gigantesca sala hipóstila. Después se accede a otro gran patio con doble hilera de columnas. Al fondo se observa una especie de altar no egipcio, que debió ser esculpido allí posteriormente por los romanos para sus cultos. Cuando acabó la visita, cosa rara, no había tantos vendedores a la salida y pudimos tomar el autobús sin grandes problemas. Así acabó la jornada de visitas monumentales de este martes.Leer más.

 

Y después, a esperar a que le tocase a nuestro barco entrar en la esclusa de Esna para pasar a un nivel más alto de las aguas. La esclusa es una caja de cerillas en la que apenas entran dos naves, pero tiene su interés ver cómo el barco va subiendo hasta salvar los diez metros de desnivel de las antiguas cataratas. Un detalle: había una barquita con dos muchachos dentro de la esclusa por delante de nuestro barco; en un momento dado parecía que le embestiríamos con la proa, pero remaron y con agilidad salieron del peligro en cuanto se abrieron las puertas.

 

Era tarde, el barco navegó un poco más hasta Edfú, donde  se detuvo para pasar la noche, “aparcado” junto a otro que ya estaba allí. Supongo que a esa hora todos nosotros estábamos disfrutando el descanso que bien nos habíamos ganado.

Un viaje muy bien organizado, la compañía excelente, el guía ¡insuperable! Moheb, igualmente sus compañeros. Un viaje inolvidable por las maravillas artísticas y naturales conocidas, aprovechadas y las no tan maravillosas humanas vividas…

Ignacio Aguilar Aguayo. Concha Pastor. Francisco Romero Domínguez. Antonio Titos Moreno. Maruchi Riolobos Rendón

DÍA 21 DE FEBRERO DE 2019. ASWAM.

 

       Cuando André Malraux,  escritor y político francés, con motivo de la apertura  de la campaña mundial para el salvamento de los templos de Nubia, pronunció en la UNESCO  un discurso en el que decía que, por primera vez, la humanidad había descubierto el lenguaje universal del arte y que con sus acciones el hombre le  iba arrebatar algo a la muerte, pensaba en nosotros.

       Iniciamos la jornada con un madrugón de campeonato. Una vez más se confirmaban lo acertadas que resultaban las advertencias y recomendaciones de Moheb, nuestro polifacético guía, quien hacía bueno aquello de “A quien madruga, Dios le ayuda”.

      Tras un desayuno ligerísimo, nos montamos en el autobús camino de Abu Simbel, situado en el corazón del territorio nubio y casi en los confines con Sudán.

      Después de  sucesivos y espesos controles militares, alrededor de las cinco de la mañana, se izó la barrera que daba acceso a una carretera prácticamente recta y plana de unos 280 kilómetros, que atraviesa de norte a sur el desierto como una cicatriz azulada. Leer más.

EL TEMPLO RUPESTRE DE ABU SIMBEL

Abu Simbel no es solamente uno de los templos más bellos de Egipto –ciertamente es el más inusitado y majestuoso-, sino también el símbolo de la gigantesca obra de salvamento de los 14 templos nubios (el de Debod está en Madrid) amenazados por el gigantesco pantano/lago Nasser. La  impresionante construcción del templo rupestre va emparejada a la enorme dificultad para salvarlo de las aguas debido al material que lo constituía, del lugar en que originalmente se encontraba y de su propia estructura. Por eso Abu Simbel es la confluencia de dos voluntades: la del faraón Ramsés II en su olímpica e increíble construcción y la de hombres cultos de buena fe que apoyados en una técnica prodigiosa fueron capaces en la década de los sesenta de realizar uno de los más fantásticos trabajos de desmontaje y reconstrucción arqueológica vistos  hasta el presente. Ciertamente. Fuimos testigos, apoyados y estimulados por las didácticas y explicativas palabras de nuestro guía, de una obra asombrosa, pintada, grabada y plagada de incógnitas y envuelta en el misterio interesado de la famosa batalla de Kadesh que Ramsés II sostuvo  contra los hititas allá por 1275 a.c. Leer más.

El locuaz desierto

                                                   

       El conductista regreso por quien denominó “el túnel del infierno” fue aprovechado por muchos para realizar las aceleradas y apasionantes compras donde todo el mundo decía que había salido ganando. Mejor así porque, como explicaba Moheb, el precio objetivo no existe. El valor del objeto es el resultado de un acuerdo entre el vendedor y comprador. Ahí está la gracia del regateo.

      Ya de nuevo en el autobús, enfilamos el camino de regreso. El día estaba espléndidamente abierto y la inmensidad ilimitada del desierto se mostraba abrumadora. El hervor de las arenas simulaba engañosos espejismos de muerte a quien se aventurara temerariamente en la búsqueda del horizonte. Leer más.

ASSUAN

       Paramos forzadamente junto a la presa de Aswan debido a una avería del autobús que desde hacía algún tiempo venía amenazadoramente renqueando. Aprovechamos  esta circunstancia para observar detenidamente el formidable muro de 3.5 kilómetros de largo y de más de 900 metros de base que corrigió un proyecto inicial inglés simple, ineficaz y prepotente. En concurrencia, una vez más,  con la  también falsa y huera racionalidad inglesa, con frecuencia tan arbitraria y despótica, como  había demostrado de modo notable  su actitud colonial, al dividir y configurar el mapa de los países africanos con un lápiz y una regla, ignorando su historia y  complejidad.

      Un conjunto monumental de notable presencia, a modo de memorial, homenajea al presidente Nasser (su visión y prospectiva resistió las críticas, hoy difuminadas, de muchos países occidentales altaneros e ignorantes de la realidad egipcia), promotor y artífice de este mar interior que pretende dar vida a muchas gentes nacidas sin futuro ni esperanza. Leer más.

El pueblo nubio

      El acceso al barco turístico tenía cierta dificultad por lo que más de uno (y de una) tuvieron que demostrar sus artes funambuleras y circenses ante el regocijo más o menos disimulado de los demás.

      En el barco unos nativos nos obsequiaron con frutos secos y canciones españolas adaptadas al lugar con alegre percusión que invitaba al baile. También ofrecieron objetos y enseres por si alguno estaba interesado en  su compra.

      El Nilo es una cinta de vida donde las orillas muestran una vitalidad sorprendente y variada: casitas de pescadores, caravanas de camellos trasladando a intrépidos turistas, hoteles como el famoso Old Catarat  (Agatha Christi se inspiró en él para su “Muerte en el Nilo”), pueblecitos semiderruidos en contraste con su inhiesto minarete y bien cuidada mezquita, ganado paciendo tranquilamente, palmerales, roquedos… ¡Una maravilla!  Leer más.

22 de febrero. La Perla de Egipto

El templo de Philae

El Nilo amaneció con calma en Asuán. Dejamos las maletas en la puerta. Las falucas en el horizonte. Las calesas por las avenidas. Bellos cementerios en nuestra ruta hacia la isla de Philae. Lo que Champollion llamó “la perla de Egipto”. Embarcamos hacia la isla donde se encuentra el templo, dedicado a la diosa Isis, que es la diosa del amor, de la magia y de las emociones. El guía nos explica el templo: una historia de amor que triunfa a pesar de la prohibición del padre de ella. A lomos de un cocodrilo el amante llega a la isla, ante lo que el padre se rinde. Estuvo 70 años bajo las aguas y fue rescatado cambiándolo de isla. Dos leones de piedra traídos por Cleopatra nos reciben. Figuras de los faraones misteriosamente machacadas. Es el último templo construido en el Egipto greco-romano. Piedra gemela de la Roseta. Después será un templo cristiano. 

Falucas en el Nilo

Paseamos por el templo admirando su belleza resaltada por su ubicación sobre el Nilo. Grandes bloques de piedra nos rodean, con bellas garzas y cormoranes. Visitamos la cantera y el obelisco inacabado. Obligados a pasar por los mercadillos donde el turista es acosado, pero todo el mundo compra algo. Admiramos la belleza masculina pero no nos dejan contemplar la femenina, se tapan incluso hasta los ojos. Se perdió una cámara y milagrosamente se recuperó de inmediato. En Egipto no nos roban. Compras en la tienda del algodón egipcio, y marchamos para el mercado. Paseo y compras acompañado de descanso con la pipa narguiles y el té egipcio. Cenamos en el barco y nos dirigimos al aeropuerto para volar de vuelta al Cairo.

Antonio González, Pilar Morano, Pilar De la Torre y Jose Miguel Cabañeros.

Esfinge y grupo

Cementerio musulmán

Día 23 de febrero de 2019

Estamos en El Cairo, ciudad que impacta por múltiples razones: Tamaño, tráfico, gentío, ¨locura¨…Hoy toca visita, tras el imprescindible madrugón:

La ciudadela de Saladino y en ella la Mezquita de alabrastro

Este es uno de los lugares más visitados del Cairo. La Mezquita impresiona por su tamaño y la riqueza de sus materiales entre ellos el que le da su nombre, está inspirada en las mezquitas turcas (Santa Sofía y la Mezquita Azul). Antes de entrar tuvimos que descalzarnos o proteger nuestros zapatos.

El barrio copto y el museo egipcio

El barrio Copto

Allí visitamos la iglesia de San Jorge del siglo V  construida sobre una cueva que, según una tradición piadosa cuenta, se refugió allí la Sagrada familia cuando huyeron de Egipto.

El Museo Egipcio

Impresiona por el gran número de obras que atesora aunque apena ver el desorden y la mala iluminación que observamos. Parece que todo se debe que esperan en breve (el próximo año) el traslado a un nuevo y fantástico edificio en construcción.

Disfrutamos con las magníficas piezas del Egipto faraónico y nos sorprende que tanta belleza y perfección no esté perfectamente cuidada.

La comida y la cena

La comida

Fuimos a un restaurante donde pudimos degustar una típica comida y al terminar se nos ofrece la oportunidad de ir al famoso mercado de Jan el-Jalili. Allí recorremos sus anárquicas calles y nos entusiasmo su colorido y la variedad de tiendas.

La cena

Cenamos en un barco sobre el Nilo con un espectáculo de derviches y la danza del vientre. Fue una noche de sorpresas: tarta dedicada a la Tribu Educa, regalo de la agencia, un cumpleaños y unos detalles a varios miembros de la Tribu en reconocimiento de su trabajo. Los guías y la dueña de la agencia también tuvieron su reconocimiento.

Nos congratulamos que todo haya superado nuestras expectativas.

Cuando nos vamos a descansar, sabemos que nos espera el último madrugón.

 

 

Día 24-02-2019

Amanece en El Cairo, cuarenta y dos” habibis “preparan el equipaje cuando el Almuhédano llama a la primera oración del día, para dejar atrás nuestro recorrido por la tierras de los faraones.

No tenemos que cargar nuestro equipaje; aquí estamos liberados de esta pesada tarea.

Nos reunimos en el comedor para el desayuno, las caras del grupo denotan una mezcla de cansancio faraónico, acumulado a lo largo de los días de viaje y pesadumbre por dejar atrás cinco milenios de historia, arte y civilización, que no habrían existido sin el Nilo,  río de  vida , espejo donde se refleja el país, imán que durante siglos atrajo y unió a un crisol de culturas razas y pueblos desde el origen de los tiempos.

Hemos navegado por sus aguas, hemos contemplado amaneceres y despedidas del dios Ra, las mismas que acompañaron a Hatshepup,  Ramses,  Nefertari,  Tutankamon y Agatha Christie.

Hacemos una mención especial a nuestros acompañantes egipcios, nuestros guías, que nos han abierto su corazón y su mente para contagiarnos la pasión y hacernos comprender un poco mejor las entrañas de su fabuloso y querido mundo.

Nos hemos sentido seguros y protegidos a pesar de los numerosos incómodos controles que hemos aceptado y respetado con rigurosidad espartana. Lamentamos  el desagradable episodio sufrido por nuestra anfitriona en el aeropuerto; gracias a la eficaz  colaboración de compañeros, se solucionó de manera rápida y favorable; tiene todo nuestro cariño y apoyo.

El vuelo a Madrid y el posterior viaje a Córdoba se desarrolló con normalidad y agrado, acompañados por unos excelentes bocadillos de jamón y de unas agradables anécdotas relatadas durante el trayecto.

En nuestra retina permanecen paisajes, jeroglíficos, pirámides, esculturas y las relajantes aguas del Nilo que en nuestro interior siempre estarán VISIBLES.

Para la nostalgia quedan fotos, vídeos, recuerdos entrañables e imborrables de un grupo de personas generosas, adorables y viajeras reunidas alrededor de LA TRIBU   

Lucía Márquez, Antonio Portero, M Carmen Robles, Lourdes Cabrera y Rafi Gómez.

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